Claudio Javier Osman, ex marido de la víctima, y único imputado en la causa, fue condenado a
cadena perpetua por el crimen de Ruth
Sagaut, ocurrido en marzo de 2016. Para la Cámara la hipótesis del suicidio no
existe, los golpes que tenía y cómo sucedió el ahorcamiento no corresponden a
un suicidio.
“No se explica desde lo físico ni
lo forense” la hipótesis del suicidio. “Usualmente en los suicidios no hay
rastro de violencia, la víctima no presenta lesiones en el cuerpo, rostro o
tórax. No hay desorden, ni rastros de sangre.”
“El apergaminamiento de la piel
en un suicidio se produce y el surco es profundo. Todas estas características
no estaban en el cuerpo de Ruth. Ella tenía golpes en el ojo, el tórax, había
manchas de sangre por goteo, por roces, el surco en su cuello era horizontal,
sin profundidad y discontinuo”.
Según los informes y pericias realizadas,
para la Cámara Segunda del Crimen, Osman llegó a esa hora a casa de Ruth, con intenciones de
asesinarla, cometió el crimen y luego ‘preparó’ la escena para que encajara con
su testimonio del suicidio.
PUBLICADO EL 02/01/2017
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