Se ‘llevaron’ hasta las joyas: La Oficina anticorrupción denunciará a Cristina por obsequios protocolares



Cristina Kirchner podría sumar una nueva demanda penal. No por lavado de dinero, ni por integrar una asociación ilícita, ni por administración fraudulenta. Esta vez, los protagonistas serían los regalos que recibió durante su presidencia. Entre ellos figuran joyas, collares, computadoras, aros de plata, Nadie sabe qué pasó con ellos.

Según pudo conocerse en el programa de Cable “Código Político”, la Oficina Anticorrupción (OA) intentó rastrear sin éxito en los últimos meses el destino de esos obsequios, que por ley deberían haber sido inventariados e incorporados automáticamente al patrimonio del Estado. Hasta se hizo una solicitud a la Secretaría General de la Presidencia, encabezada por Fernando de Andreis , para verificar su paradero. El funcionario respondió que no había registros de nada. Incluso se envió una segunda solicitud para confirmar esa información.

Se desconoce dónde están numerosos regalos que la ex mandataria recibió por parte de presidentes, empresarios y hasta actores desde 2003, cuando era primera dama, hasta el fin de su segunda presidencia, en 2015. Faltan un pañuelo de seda obsequiado por el ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy en 2007 y otro dado por el Grupo Marsans; un collar y un par de aros de plata que le regaló en 2008 el presidente de Bolivia, Evo Morales, y una computadora Macbook Air que le trajo el empresario mexicano Carlos Slim ese mismo año.

Además de libros -como la edición de lujo del Quijote que le obsequió el gobierno español-, tampoco figuran en los registros el gorro de piel que le regaló el ex mandatario ruso Dimitri Medvedev y dos joyas que le entregaron los actores de Hollywood Antonio Banderas y Melanie Griffith durante una visita a la Argentina.

Según la ley 25.188, "los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sea de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones". La norma fue sancionada en 1999, pero el artículo correspondiente a los obsequios fue reglamentado recién a fines del año pasado. En el decreto, firmado por el presidente Mauricio Macri, se exceptúan aquellos obsequios de cortesía o costumbre diplomática que tengan un valor inferior a $ 4000. Todo lo demás debe quedar como propiedad del Estado y su destino final podría ser un museo, una exposición o lo que se defina en cada caso.

Pero Cristina no es la única que habría actuado por fuera de la ley, sino también varios de sus funcionarios. La reglamentación del artículo también establecía la creación de un registro digital -que depende de la OA, a cargo de Laura Alonso- donde los funcionarios están obligados a cargar en detalle los obsequios que reciben. Esa plataforma ya fue creada, es de acceso público y el jueves pasado cumplió un mes online.

Como contracara a ese Gobierno ahora tanto Laura Alonso; como el Presidente Macri; la canciller Susana Malcorra; el ministro de Educación, Esteban Bullrich; otros dos funcionarios de la OA, y uno del Ministerio de Modernización ya han hecho saber cuales han sido los regalos recibidos.

Entre los presentes que recibió el Presidente hay una máscara de yaguareté de madera y una chomba con el logo de la Asociación Todos Juntos por las Malvinas. También le obsequiaron el libro El cambio empieza en el aula.

El ministro Bullrich cargó a la plataforma un plato de cerámica de la Pachamama que le obsequiaron en Volcán, Jujuy, el día que fue a inaugurar el ciclo lectivo junto con el Presidente.

Malcorra, en tanto, registró un collar de piedras y un pañuelo de seda, entre otros obsequios.

Se tiene que registrar todo lo que se recibe. Todo. Hasta los potes de dulce de leche o la caja de golosinas que le regalaron a Alonso y que figuran en la plataforma. Sin embargo, que se tenga que registrar absolutamente todo también despierta interrogantes, como ocurre con aquellos obsequios que, a pesar de tener un valor superior a $ 4000, conllevan un valor emocional. "En ese caso es difícil. Es un debate", dicen en el Gobierno.

Si se hubiera hecho así en los últimos años, Cristina también tendría que haber registrado al perro Simón, que fue un obsequio del hermano del ex presidente de Venezuela Hugo Chávez. Es más: si se respeta la ley a rajatabla, hoy el perro no debería estar en El Calafate, donde vive, sino en la Casa Rosada o la quinta de Olivos, con Balcarce, la mascota de Macri. Por ahí daban la sorpresa y se llevaban bien, no como sus dueños.

Hay otros ejemplos similares en el mundo. Cuando el ex primer ministro inglés David Cameron debió dejar la residencia del 10 de Downing St. a Theresa May, el gato Larry, que vivía allí con el mandatario y su familia, se convirtió casi en una cuestión de Estado. El felino, que había sido adquirido para evitar una invasión de ratas, debió quedarse con una nueva dueña.

PUBLICADO EL 25-03-2017
POR INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar


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