El fiscal de Cámara, Eduardo Funes, pidió ayer se apliquen 25 años de prisión para el empresario español, Valentín Temes Coto, 21 años para quien fuera su mano derecha, Claudio Maidana, y 19 años para el empacador allense Nelson Hinricksen, por considerarlos "coautores responsables" del delito de "exportación clandestina de estupefacientes destinado a ser comercializado", en dos hechos (un contrabando frustrado en la aduana de Buenos Aires y otro en Santos, Brasil) que "concurrieron materialmente".
Ante los jueces del Tribunal en lo Penal Económico N 3, el fiscal acusó a los tres imputados de cumplir con diversos roles para la ejecución de un "plan criminal complejo" oculto detrás de una "fachada legal", produciendo "hechos de excepcional gravedad" poniendo en peligro a la salud pública y tratando de generar un "jugoso rédito", teniendo en cuenta los valores de la cocaína en Europa (39.000 euros el kilo, de acuerdo al testimonio del agente 81571) ya que España era el destino de los 3.369 kilos de droga incautados.
Para cada uno de los detenidos, el fiscal pidió también se aplique una multa de 90.000 pesos, así como inhabilitación comercial y el decomiso del galpón de Hinricksen en Allen. A criterio de la fiscalía, la droga oculta en cajas de manzanas fue cargada en Allen y pasó por la aduana de Villa Regina.
Según Funes en la trama cada uno de los acusados tuvo una participación precisa: Hinricksen el "dominio territorial y ejecutivo" del lugar donde se cargó la cocaína; Temes Coto fue el que armó la estrategia poniendo su empresa legal (Frutol) al servicio del contrabando; mientras Maidana cumplió el papel de "aglutinador", siendo el nexo entre los que formaron parte de la red delictiva.
Funes destacó que la capacidad como empresario de Temes Coto no está en cuestión -tema sobre el que abundó en sus declaraciones el español-. Por el contrario, "lo relevante es que las operaciones comerciales daban viso de legalidad a lo ilegal, así la empresa Frutol, la marca Brisas, fueron centrales para cometer un delito que habría necesitado de "miles de mulas", graficó el fiscal.
"No hubo complot"
Funes apuntó a la cantidad de "engaños" o "pistas falsas" a las que recurrieron las defensas para desviar la responsabilidad hacia personas ajenas al episodio.
Para la acusación, los agentes aduaneros que participaron de la apertura del contenedor en Buenos Aires fueron contestes en declarar que cuando ellos llegaron Hinricksen ya estaba presente (el allense sostuvo que ya había dos pallets afuera al arribar); también descartó que los precintos hayan sido manipulados y violentados.
Funes fue muy duro con la hipótesis alternativa de la defensa, que acusó al camionero Suárez por haberse detenido sospechosamente varias horas en Bahía Blanca. "Es cierto que (Suárez) se detuvo a descansar, pero ¿tuvo tiempo de cargar semejante cantidad de droga que estaba abajo en un armado que fue una 'obra de arte?' ¿Y el camión que manejaba Gadzizcki que terminó incautado en Santos, acaso no durmió?... No hubo complot y nadie abrió tampoco las puertas de los camiones cuando estuvieron en la Aduana".
La fiscalía también buscó desbaratar las dudas sembradas por la defensa sobre los "canadienses" (Jacques Joubert y Gustavo Valdez) y Oscar Fresno (jefe de logística de Frutol) a quienes "nadie de la conexión española" conoce.
Finalmente, el fiscal pasó revista a la causa española relacionada con Manzanas Blancas: "De ellos nadie se dedica al negocio de la fruta, sus negocios estaban en otro campo". (Río Negro)
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