Hace
poco más de siete años, un colectivo de la empresa Ko Ko terminaba en un
desagüe a la vera de la ruta 65, a pocos kilómetros de General Roca. En ese
siniestro murieron cuatro personas y hubo numerosos heridos. En ese entonces, la
justicia determinó la falta de mérito para el chofer del colectivo, ya que las
pericias señalaron que el reventón de un neumático había ocasionado el
accidente.
Nuevamente,
un colectivo volcado, y por igual causa según los datos preliminares, se
produjo idéntico siniestro vial este jueves, porque hablar de accidente es hablar
sobre aquello que sucede por factores imprevisibles. También como aquella vez,
los problemas por la calidad del servicio son el motivo de este nuevo hecho.
Esta
vez, pudo determinarse que iban 55 pasajeros en el colectivo que terminó
volcado dentro de un canal de desagüe a la vera de la ruta 22 este martes. 55
personas, un número sensiblemente superior al de asientos para que los
pasajeros vayan sentados, como dispone la normativa.
Normas
que las autoridades no hacen cumplir, la prestataria del servicio –y no
propietaria- no cumple y a ninguna autoridad parece importarle.
En
el medio, los miles de usuarios que a diario dependen del servicio interurbano
para llegar a su casa, su trabajo, o sus estudios. Así pasaba en este colectivo
de Ko Ko que terminó semi sumergido a la vera de la ruta. Los más jóvenes
ayudaron a los más viejos a salir como pudieran.
Entre
los pasajeros iba un chofer de una empresa de larga distancia que volvía de su
trabajo, y que, adiestrado para estas lides, colaboró para sacar a los heridos
de dentro del colectivo.
También
se destacó entre los pasajeros la pericia del conductor del colectivo, que
evidentemente intentó controlar la situación pero el colectivo terminó
saliéndose de la ruta. En el medio, las historias de los pasajeros, hace
siete años y ahora. La misma historia. Roca Digital.