EL CUÁDRUPLE HOMICIDA RICARDO BARREDA, QUIEN EN 1992 ASESINÓ
A SU ESPOSA, SUS DOS HIJAS Y SU SUEGRA EN LA CIUDAD DE LA PLATA, QUEDÓ EN
LIBERTAD LUEGO DE QUE EL JUEZ QUE CONTROLABA SU CONDENA DIERA POR CUMPLIDA LA
PENA.
En un fallo el juez de Ejecución Penal de La Plata, Raúl
Dalto, resuelve “declarar extinguida la pena impuesta a Ricardo Alberto Barreda
y hacer cesar las accesorias legales impuestas, todo ello al día 29 de marzo de
2016”.
A partir de esta resolución, Barreda (79), quien se
encontraba en libertad condicional en un nuevo domicilio fijado en el partido
bonaerense de Tigre, quedó en plena libertad y ya no tendrá que estar
controlado por la Justicia.
En la parte resolutiva, el juez Dalto ordena que se
notifique sobre esta resolución “al Patronato de Liberados de la Provincia de
Buenos Aires, al Registro Nacional de Reincidencia y Estadística Criminal, a la
Dirección de Antecedentes Personales del Ministerio de Seguridad de la
Provincia de Buenos Aires, al Juzgado con competencia electoral provincial y al
Registro de las Personas”.
La resolución, firmada el martes, también incluye en sus
considerandos todos los antecedentes sobre los fallos y beneficios que se
dieron a lo largo de la historia de la causa.
Así se explica que la condena a prisión perpetua para
Barreda “adquirió firmeza el 2 de mayo de 2007 en razón de lo resuelto por la
Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires”.
Luego, se señala que “el 29 de marzo de 2011 la Excma.
Cámara le concedió la libertad condicional al nombrado” imponiendo como
requisitos fijar un domicilio, hacer tratamiento psiquiátrico-psicológico, no
cometer nuevos delitos y someterse al cuidado del Patronato de Liberados.
Este fue el momento en el que Barreda, quien desde el 2008
cumplía prisión domiciliaria en un departamento del barrio porteño de Belgrano,
donde convivía con su por entonces novia, Berta “Pochi” André, pudo empezar a
salir a la calle.
El juez Dalto también valoró que el 17 de diciembre de 2012
se hizo “cesar la condición de continuar con el tratamiento
psiquiátrico-psicológico que venía realizando” en un centro de salud mental
porteño.
El magistrado también menciona el incidente a partir del
cual el 22 de diciembre de 2014 a Barreda se le revocó el beneficio de la
libertad condicional y volvió a prisión, a la Unidad 25 de Olmos, porque había
denuncias de presunto maltrato hacia su pareja.
El fallo recuerda que en aquella oportunidad quedó claro que
no se trataba de una revocatoria absoluta, ya que “el condenado no se sustrajo
a la ejecución, no se ausentó del domicilio denunciado, no evadió el control
del Patronato de Liberados”, pero sí debía aportar “un nuevo domicilio (…) para
continuar con su debido control”.
La resolución señala que “con fecha 30 de diciembre del año
próximo pasado, se restableció el beneficio”, cuando el odontólogo propuso como
nuevo lugar de residencia para su libertad condicional un domicilio en el
barrio Los Troncos de El Talar de Pacheco, en el partido de Tigre, donde
actualmente está residiendo.
Dalto también destaca que, ante el pedido de libertad
efectuado por su defensor, Eduardo Gutiérrez, se le corrió vista a la fiscalía
y ésta contestó que “debe hacerse lugar a la petición defensista, ello es, se
declare la extinción de la pena por cumplimiento de la misma y el cese de la
inhabilitación”.
El abogado Gutiérrez, expresó a Télam su satisfacción por el
fallo y recordó que estaba "bregando desde hace veinte años por esto, es
lo que correspondía".
"Esto culmina acá, terminó el proceso. Es el
cumplimiento total de la pena y, desde ahora, se renuevan todos sus
derechos", explicó.
El letrado añadió que "a Ricardo le va a cambiar la
vida, no se va a tener que someter a nada más, lógicamente lo venía controlando
mensualmente el Patronato de Liberados pero ahora está libre del todo".
Gutiérrez dijo desconocer qué hará Barreda a partir de ahora
o dónde residirá, pero precisó que "tomó bien la noticia, para él es la
culminación de un largo proceso".
Luego, reflexionó que no sabe "si la sociedad lo
perdonó o no" y precisó que en nuestro sistema penal "hay premios y
castigos. Dentro de las penas, él tuvo su castigo y su deuda está hoy
judicialmente cumplida".
El 15 de noviembre de 1992, en su casona de 48 entre 11 y 12
de La Plata, Barreda asesinó con una escopeta marca Víctor Sarrasqueta a su
esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus
hijas Celina (26) y Adriana (24), según contó en el juicio, como una reacción a
los maltratos y humillaciones que recibía de todas ellas.
El odontólogo primero negó la acusación de asesinato e
intentó hacer pasar el crimen como un robo a su casa pero finalmente confesó y
fue condenado en 1995 a la pena máxima del Código Penal argentino.