Durante 25 años, desde 1981, la Marcha de la
Resistencia fue bandera de reclamo de las Madres de Plaza de Mayo contra la
impunidad del terrorismo de Estado. Discontinuadas en 2006 (porque “no hay más
un enemigo en la Casa Rosada” con la llegada de Néstor Kirchner) de la mano de
Hebe de Bonafini y su sector de las Madres, la “Marcha” volvió ayer, pero como
“marca registrada” del cristinismo y de la oposición al gobierno de Mauricio
Macri.
La reconversión de lo que fue por un cuarto de
siglo un reclamo de justicia contra la impunidad, fue explicitado por la propia
Bonafini: “Esta Marcha no es para pedir contra los milicos, es por los
compañeros que no tienen trabajo. Es por el ‘derecho a trabajar resistir sin
descansar, Cristina conducción’”, recitó Bonafini la consigna convocante. Y
aclaró, como si hiciera falta: “No es la Marcha de las Madres”.
Fue al término de la primera “ronda grande” -que
por la masividad se extendió ya no en la Plaza, sino dando la vuelta a la
Pirámide de Mayo pero tomando avenida Rivadavia, Bolívar e Hipólito Yrigoyen-.
La primera ronda arrancó a las 17.15 con Bonafini a
la cabeza –de 88 años, la terminó llevada en silla de ruedas- junto a otras
Madres con sus pañuelos y seguida de ex altos funcionarios y legisladores
kirchneristas, y varios cientos de militantes.
En la Plaza ya habían dado el presente el ex
secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y el líder de Quebracho, Fernando
Esteche. Un millar de personas que luego se fueron renovando –hubo banderas de
La Cámpora, PCCE, Nuevo Encuentro, Unidos y Organizados- acompañaron el inicio
de la “Marcha” que se extenderá 24 horas hasta su cierre hoy a las cinco de la
tarde.
La mayor movilización se espera para hoy, y en la
clausura hablarían Hebe y Máximo Kirchner, entre otros.
Sectores del Gobierno celebran en silencio movidas
como estas, lo mismo que la posibilidad de que Cristina Kirchner sea candidata
en Provincia en 2017 en la convicción de que divide más a un peronismo en
crisis.
La organización y la “seguridad” fueron provistas
por el FpV y la agrupación de ex funcionarios La Cámpora. El grupo de Madres
tenía para descansar una carpa levantada a pasos de la Pirámide de Mayo, el
centro de las marchas de los jueves que las hicieron célebres en todo el mundo.
Se cantaron consignas contra Macri y el clásico
cristinista “¡Vamos a volver…!”, mientras desde un pequeño escenario un locutor
repetía el mantra “Cristina conducción”.
Todo estuvo armado para ensalzar la figura de la ex
presidenta procesada por las operaciones de dólar futuro que beneficiaron a una
élite económica con un perjuicio de 5 mil millones de dólares al Estado
nacional, e investigada por presunto lavado de dinero con sus empresas
hoteleras, entre otras causas.
De las primeras rondas –que seguían toda la noche-
participaron los diputados Edgardo Depetri, Andrés Larroque, Carlos Castagneto,
Luana Volnovich, Josefina Tosetto González; los radicales K Leopoldo Moreau y
Gustavo López; el ex titular de la AFSCA Martín Sabbatella, Oscar Laborde y
Eduardo Sigal; el actor Gerardo Romano, y Horacio Fontova, entre otros. Ya de
noche llegó a la Plaza el ex vice Amado Boudou.
“Macri y todo su gobierno ha pasado a ser nuestro
enemigo”, había definido Bonafini más temprano. La Plaza lució cerrada al medio
por altos vallados, como estuvo durante toda la larga década kirchnerista
separando “el palacio y la calle”. Los kirchneristas ahora quedaron ubicado del
otro lado.
PUBLICADO EL 27/08/16
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