El gobierno ruso va a desplegar
en su enclave de Kaliningrado, entre Polonia y Lituania, misiles tierra-aire y
misiles balísticos Iskander con capacidad para llevar carga convencional o
nuclear. Los Iskander, con un alcance de 500 kilómetros, apuntarán a objetivos
europeos.
El escudo antimisiles está
destinado a interceptar misiles balísticos, ante un hipotético ataque de
“países díscolos”, como durante años se llamó en la OTAN a países como Irán o
Corea del Norte. La capacidad balística rusa colapsaría el escudo antimisiles,
por lo que difícilmente puede ser una amenaza para Moscú.
Moscú en cambio dice que el
escudo antimisiles puede ajustarse en horas para permitir el lanzamiento de
misiles de crucero tierra-tierra.
El presidente Vladimir Putin
explicó que “la expansión de la OTAN nos afecta, porque nos preocupa el proceso de decisión de
esa organización”.
Putin dijo que Rusia “debe tomar
contra-medidas, lo que significa apuntar con nuestros misiles sus
instalaciones, porque empiezan a ser una amenaza para nosotros”.
El Ministerio de Defensa ruso
también explicó que cargó la lanzadera de misiles “Bastion” de Kaliningrado con
misiles Oniks, capaces de alcanzar objetivos a 450 kilómetros y que pueden
lanzarse contra buques u objetivos terrestres. Rusia está usando esos mismos
misiles en sus ataques a la ciudad siria de Aleppo.
PUBLICADO EL 24/11/2016
POR INFOALLEN – MAIL: noticias@infoallen.com.ar