Antes estaba completamente negro. Dignatarios
religiosos de distintas confesiones cristianas participaron de la ceremonia de
reapertura.
La tumba donde está enterrado Jesucristo, según la
tradición cristiana, estrenó colores este miércoles durante una ceremonia en la
iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, después de nueve meses de restauración.
Las obras de renovación comenzaron en mayo de 2016
para consolidar el edículo de mármol y devolverle su color original. Lo
desmontaron completamente y lo reconstruyeron a imagen y semejanza de lo que
era.
Dignatarios religiosos de distintas confesiones
cristianas participaron de la ceremonia, en la que se exhibió el templete sin
la estructura metálica que antes dificultaba la vista.
"No es sólo una donación hecha a Tierra Santa,
es una donación para el mundo entero", afirmó el patriarca greco-ortodoxo
Teófilo III de Jerusalén ante los invitados, entre los que figuraba el primer
ministro griego Alexis Tsipras.
"Antes el monumento estaba completamente
negro", los muros del edículo se habían ennegrecido por el humo de las
velas de los peregrinos, explica la restauradora jefa Antonia Moropoulou.
"Hoy recuperó su verdadero color, el color de la esperanza".
Las obras vivieron en octubre un momento histórico,
cuando la lápida de mármol que cubre la tumba se desplazó durante tres días. La
última vez que los hombres pudieron acceder al corazón del lugar más sagrado
del cristianismo fue en 1810, con motivo de unas obras de restauración
efectuadas tras un incendio.
En los años 1960 y 1990 se remodelaron distintas
partes de la iglesia, situada en el casco antiguo de Jerusalén, cerca de dos
lugares santos del judaísmo y del islam: el Muro de las Lamentaciones y la
Explanada de las Mezquitas. Pero no se tocó al edículo.
Esta vez, a lo largo de nueve meses, se desmontó,
limpió y restauró prácticamente en su totalidad, incluidas las columnas y las
cúpulas del edificio y su interior. Se ha abierto incluso una ventana para que
los peregrinos puedan admirar la lápida de la antigua tumba.
Los obras costaron 3,4 millones de euros,
financiados por las tres principales confesiones cristianas del Santo Sepulcro
(greco-ortodoxos, franciscanos, armenios), así como por donantes públicos y
privados.
Samuel Aghoyan, el superior de la iglesia armenia,
está satisfecho con que el edículo "tenga el aspecto de un edificio
nuevo".
Según la tradición cristiana, el cuerpo de
Jesucristo fue depositado en un lecho funerario tallado en una roca tras su
crucifixión a manos de los romanos en el año 30 o 33. Los cristianos creen que
resucitó y afirman que las mujeres que llegaron tres días después de su muerte
para ungir al difunto no encontraron el cuerpo.
Algunos cristianos estiman que Jesús fue enterrado
en la llamada tumba del jardín, situada fuera de la muralla del casco antiguo
de Jerusalén.
Pero, según Antonia Moropoulou, las obras
permitieron demostrar que la tumba de Jesús se halla en el edículo.
Ahora hay otros proyectos en perspectiva para
reforzar los cimientos del edículo y restaurar el suelo de la iglesia, explica
Samuel Aghoyan. Costarían seis millones de dólares.
Para que estas obras puedan ver la luz, los
greco-ortodoxos, la iglesia armenia y la católica, que custodian el lugar,
deben solventar las discrepancias que en el pasado han obligado a postergarlas.
PUBLICADO EL
22-03-2017
POR
INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar