La mujer contó por qué entregó a su hijo y resaltó:
"Crié un chico bueno".
El mismo día que Sebastián Wagner confesó el crimen
de Micaela García su mamá, que fue quien avisó a la policía que se escondía en
el fondo de su casa de la localidad bonaerense de Moreno, habló por primera vez
con los medios y resaltó: "Yo soy la madre de Sebastián y, como madre,
quiero que me entiendan. Él, con todo lo que hizo en su triste vida, es mi hijo
igual".
"Lo entregué para que Micaela descanse en paz
y no haya nunca más otra Micaela", explicó Gabriela en declaraciones a
radio 9 de Gualeguay, aclaró que jamás lo escondió como se dijo y que cuando su
pareja quiso sacarlo de la casa su hijo le pedía: “No me dejes tirado porque me
pego un tiro”.
Con la contradicción a flor de piel todo el tiempo
entre "lo que tenía que hacer" y su dolor como madre, la mujer
sostuvo que quiere "paz en su alma" y afirmó: "Yo crié un chico
bueno, sino miren a Maxi", en alusión al hermano gemelo del único imputado
por el asesinato de la joven de 21 años en Gualeguay.
Wagner declaró ayer ante el fiscal Ignacio Telenta
y admitió haber violado a Micaela antes de estrangularla, pero también le
apuntó al dueño del lavadero en el que trabajaba, Néstor Pavón, a quien acusó de
haber sido su cómplice.
Su jefe ya se encontraba detenido con prisión
preventiva por presunto encubrimiento, al igual que su padrastro, Fabián
Ehcosor, por el mismo delito pero agravado por ser miembro de una fuerza de
seguridad. Lo detuvieron hace una semana, sospechado de haber sido quien fue a
buscar a Wagner a Campana y le buscó un lugar donde mantenerse prófugo. Cuando
lo indagaron negó las acusaciones y su mujer manifestó que creía que su hijo lo
tenía amenazado.
PUBLICADO EL
13-04-2017
POR INFOALLEN
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