En medio del escándalo y la investigación por las
denuncias de abusos sexuales de niños hipoacúsicos por parte de los curas del
Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, la Justicia libró una orden de captura
internacional de una monja, a quien la acusan de haber ocultado las vejaciones
y participado de los dramáticos hechos.
La religiosa, Kosaka Kumiko, oriunda de Japón,
quien se encontraría fuera del país desde hace 3 años, posiblemente en Paraguay
o Uruguay, trabajaba en la llamada "Casita de Dios" mendocina,
acompañando a las niñas que se quedaban a dormir en el albergue de Luján de
Cuyo. Su anterior labor era en la congregación de Nuestra Señora del Huerto en
el departamento de San Carlos, según dio a conocer el diario local El Sol.
Los investigadores comenzaron a ir tras los pasos
de la mujer luego de que una chica de 17 años se animara a contar días atrás
las atrocidades a las que eran sometidas las niñas y niños del reconocido
establecimiento dedicado a la enseñanza de personas sordas.
La joven, luego de recibir asistencia psicológica,
relató a las autoridades judiciales lo que padeció durante años, con un hecho
que los dejó perplejos a los cinco años: luego de ser retirada del aula y
sometida sexualmente en una habitación por uno de los sacerdotes, actualmente
detenido junto a otros cuatro miembros de la institución, fue asistida por la
religiosa quien le colocó un apósito o pañal por el sangrado que presentaba, lo
que le impedía sentarse en la clase.
"La joven contó otros eventos como una de las
monjas que la golpeaba, que sabía lo que le pasaba, cómo las monjas veían
cuando se les exhibía pornografía y da un detalle donde a ella una vez la
subieron para abusarla a un cuarto donde había cadenas, la esposaban de las
muñecas y que ahí se producían hechos de abuso sexual", contó días atrás
el abogado querellante, Sergio Salinas, de la organización Xumex.
Los curas acusados de abuso sexual son Nicolás
Corradi (82), quien se encuentra con prisión domiciliaria por su avanzada edad
y estado de salud; Horacio Corbacho, de 50 años así como uno de los empleados
de la que llamaban "La Casita de Dios", José Luis Ojeda, también
sordomudo, el monaguillo Jorge Bordón, de 55 años, y el jardinero del
instituto, Armando Gómez, de 46. Todos se encuentran tras las rejas de la
penitenciaría provincial de Boulogne Sur Mer.
PUBLICADO EL
01-04-2017
POR INFOALLEN
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SOCIEDAD