Manejan
presupuestos millonarios y se pelean por reforzar sus equipos con figuras.
Copas, intereses económicos y mercados internacionales entre sus objetivos
principales.
En
el fútbol argentino la diferencia entre los poderosos y los débiles es cada vez
más grande. Dentro de esos poderosos, Boca y River marcan una clara diferencia
con el resto. Su poder económico, cantidad de hinchas y hasta su poder político
influyen en cada paso deportivo. La carrera que han comenzado en los últimos
años promete ser algo similiar a lo que pasa en España entre el Real Madrid y
el Barcelona. Una competencia, no sólo para el mercado argentino, sino también
para el mercado mundial.
Es
de público conocimiento que no hay buena relación entre Daniel Angelici y Jorge
D'Onofrio, sin embargo ambos presidentes saben que deberán ponerse de acuerdo
en muchas cosas. La unión hace la fuerza dice el viejo dicho. Por eso, entre
fines de febrero y principios de marzo están tratando de encontrar una fecha,
en conjunto con la AFA, para que se dispute la Supercopa Argentina entre ambos
equipos. Ninguno de los dos quiere verse perjudicado. El encuentro deberá
jugarse en medio de la fase de grupos de la Copa Libertadores y la Superliga.
Este es un tema muy sensible, ya que nunca en la historia Boca y River habían
jugado una final de Copa. Sólo se habían cruzado en la final del Nacional del
76, en donde un gol del Chapa Suñé consagró a los Xeneizes.
La
carrera por los refuerzos también es una cuestión a tener en cuenta. Si bien no
hay jugadores que interesen en los dos equipos, como lo fue Javier Pinola en el
mercado de pases pasado, los millones que destinan cada uno prometen ser
importantes. En Boca hay una apuesta fuerte para repatriar a Carlos Tevez.
También suenan fuerte los nombres de Emmanuel Más y Julio Buffarini, campeones
con San Lorenzo y de presente irregular. En Nuñez, Gallardo fue muy claro con
los dirigentes y les pidió jugadores de jerarquía. Por eso en el Millonario
están dispuestos a desembolsar 10 millones de dólares por Lucas Pratto, una
vieja debilidad del entrenador.
Las
economías tanto de River como de Boca no tienen comparación en el fútbol
argentino. Son los dos equipos que más dinero ganan por la televisación del
fútbol. Detrás de ellos vienen Racing, Independiente, Vélez y San Lorenzo.
También tienen una gran cantidad de socios que se incrementa día a día. No por nada
ambos presidente están pensando en agrandar los estadios.
La
Copa Libertadores es la gran obsesión de ambos. Boca, tiene una necesidad
imperiosa de ganarla ya que la última vez que se consagró fue en 2007, de la
mano de Juan Román Riquelme. Justamente el máximo ídolo de Boca fue el que
metió presión y aseguró que "ganarla no es tan difícil como antes".
En el Millonario, si bien no hay tanta urgencia, saben el este torneo les dará
jerarquía internacional. La dolorosa eliminación a manos de Lanús todavía es
difícil de digerir y ya hay olor a revancha.
La
carrera de Boca y River por ser el mejor equipo de América ya empezó. No la
tendrán fácil. Históricos como el Corinthians, el Flamengo, Atlético Nacional y
hasta el resucitado Independiente no se la dejarán fácil.
PUBLICADO EL 25-12-2017