Las huellas de Alfredo Yabrán en Pinamar: que pasó con sus casas y su
legado en la Costa.
A José Luis Cabezas lo mataron el 25 de enero de 1997. La razón: haber
fotografiado al, hasta ese momento, "empresario sin rostro": Alfredo
Yabrán. Acorralado, el hombre se suicidó el 20 de mayo de 1998, con la Justicia
pisándole los tobillos. Sus bienes, que disfrutaron de tiempos mejores en los
noventa, continúan de todas maneras generando riqueza en Pinamar.
"Yabrán era sinónimo de poder. Tenía relación con todos los
sectores, hasta con la Iglesia. Y en Pinamar había desembarcado con
fuerza", explicó Gabriel Micchi, compañero de Cabezas. "Quería
convertirse en un dueño paralelo de la zona", dijo, al conmemorarse 21
años del asesinato del reportero gráfico.
En la calle Ballena todavía está "Narbay", que es el
apellido del empresario escrito al revés, la casa que el empresario tuvo ahí.
"Era el refugio donde venía a pasar el verano", aseguró Martín Yeza,
intendente de Pinamar. Hay más tesoros que siguen asombrando en la costa. Otra
vivienda está en venta: cuesta US$ 200 mil.
Pasar un fin de semana en la casa de Mirabosques cuesta ni más ni
menos que 25 mil pesos. Su confort, su ubicación y tal vez hasta su pasado
sombrío la mantienen entre las más caras del lugar.
No es la única propiedad vinculada a Yabrán. Arapacis, el hotel que el
empresario construyó en pocos meses para demostrar su poder, tiene balneario
propio. Los nuevos dueños lo rebautizaron como Terrazas al mar.
Gustavo Arballos, un inmobiliario de la zona, reconoció quee "hay
un antes y un después de Yabrán en Pinamar", pero que sus casas son
codiciadas más allá de su historia negra. En cambio, Yeza no tuvo dudas:
"Yabrán es un apellido maldito en Pinamar".