La sorpresiva llamada telefónica
del Papa Francisco a Javier Milei comenzó a gestarse en las primeras horas del
lunes posterior al balotaje. Desde La Libertad Avanza hay dirigentes,
principalmente la futura canciller Diana Mondino que quieren que el libertario
tenga cuando menos una correcta relación con el pontífice. Pero también en la
Iglesia prima el criterio de que no es conveniente comenzar mal un vínculo
luego de las descalificaciones de Milei a Jorge Bergoglio y las duras réplicas
de los curas villeros, en medio de una situación económica y social muy
delicada.
Por eso, en los primeros
contactos que Mondino tuvo con eclesiásticos locales al día siguiente del
triunfo de Milei hubo un inmediato acuerdo en que era necesario dejar atrás la
controversia verbal y tender puentes. Rápidamente surgió la idea de que el Papa
lo llamara al libertario para felicitarlo y desearle éxito en su gestión. Claro
que había que ver si Francisco estaba de acuerdo. Una versión no confirmada
dice que el oftalmólogo del Papa, Fabio Bartucci, le habría llevado la
propuesta. Aunque otros dicen que surgió del propio pontífice.
En la Iglesia creen que no
parecía extremadamente difícil que Francisco lo llamara. En primer lugar porque
se siente una persona muy libre, no condicionada por los usos y costumbres
vaticanos. Además, porque hubo una disculpa -revelada públicamente en dos
debates presidenciales- de Milei. Al fin y al cabo, cuando Cristina Kirchner
fue a verlo tras su elección papal también, a su modo, se disculpó por las
críticas de ella y de su marido hacia él, así como por haber alentado una
acusación de complicidad con la dictadura.
En ese aspecto no puede pasarse
por alto que el Papa es un sacerdote y el perdón es una premisa evangélica
básica. También Milei -todo debe ser dicho- miró para adelante respecto de
algunas afirmaciones de los últimos meses muy duras de Francisco que parecieron
referidas al libertario. Por otra parte, sus allegados dicen que Francisco
tiene claro que, lamentablemente, hace rato cayó en la grieta, pero que no
abandona su cometido de ponerse por encima. El llamado a Milei va en esa línea.
Este último argumento tiene una
implicancia relevante de cada al futuro próximo. Francisco tiene decidido venir
a la Argentina en el primer semestre del año próximo. Y no puede venir con una
parte de la sociedad que lo percibe de un lado de la grieta. De hecho, las
críticas de carácter político que recibió en los últimos años, concretamente de
supuestamente inclinarse por el kirchnerismo en detrimento del macrismo
complicaron su venida.
No obstante, el llamado del Papa
a Milei no garantiza una relación plácida del gobierno del libertario con la
Iglesia. Un ajuste que no tenga en cuenta el costo social puede generar
tensiones. Aunque no sólo con el clero. Por lo pronto, en la Iglesia esperan
que Milei deje las cuestiones sociales más álgidas para más adelante y que las
afronte con la mayor amortiguación posible.
PUBLICADO EL 21/11/2023
Por INFOALLEN – noticias@infoallen.com.ar