Minutos antes del inicio del encuentro entre Quilmes y All
Boys en el estadio del Sur del Gran Buenos Aires, dos facciones de la barra
brava del equipo local desencadenaron una auténtica batalla en plena popular.
El saldo de este enfrentamiento que incluyó golpes de puño, con caños y
cuchillos, fue de ocho heridos, uno de ellos de gravedad.
Según reseñó la agencia DyN, el enfrentamiento entre ambos
bandos de la barra local se produjo a raíz de una disputa por dinero y
entradas. A raíz del mismo cinco barras resultaron heridos y tres detenidos,
todos pertenecientes a la facción disidente de la barra brava. También hay
otros tres policías heridos, incluido el jefe de la distrital de Quilmes, José
Jaule. Todos fueron trasladados al Hospital Isidoro Iriarte de la ciudad del
sur del conurbano.
De los heridos, el que presenta un cuadro más grave es Mario
Becerra, quien fue atacado con un arma blanca y sufrió una perforación de
pulmón. Se trata del hijo del líder de la barra disidente, Osvaldo
"Dedo" Becerra.
Los incidentes comenzaron en la tribuna en la que se
encontraba la facción disidente de la barra brava cuando llegó el grupo
oficial, que obedece a Ramiro Bustamante. Luego la pelea continuó en las
inmediaciones del estadio pese a la represión policial con balas de goma. Los
disturbios no impidieron que el encuentro iniciara pocos minutios después del
horario estipulado, luego de que el jefe del operativo policial diera garantías
solicitadas por el árbitro Andrés Merlos. Clarín.
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