La acusada llamó a un amigo y le
confesó: “Me mandé una cagada”. El hecho fue descubierto ayer al mediodía, luego que la abuela de los chicos se
comunicara con una vecina y le pidiera que fuera hasta la casa, porque creía
que algo había sucedido.
“La abuela, que vive en Claypole,
me llama alrededor del mediodía y me dice que vaya a ver a la casa, porque uno de los chicos estaba muerto. Yo
no me animaba a entrar porque no sabía si ella estaba lúcida ni si me iba a
atacar”, relató Cecilia, la vecina.
Cuando los efectivos llegaron, le
pidieron a la misma mujer que ingresara con ellos a la propiedad como testigo.
Al entrar a la casa uno de los
nenes, el de 11 años, presentaba un corte en el cuello, mientras que el de 5,
estaba bien.
En otra habitación encontraron al
nene más grande (de 14 años) y el más chiquito (de 2) estaba degollado, en los
brazos de su madre. Estaba fría la criatura, así que se presume que el
asesinato del menor, habrá sido por la mañana o por la noche.
Cuando los efectivos hicieron
preguntas a la mujer, ésta se identificó sólo como Flavia, estaba con el nene
en brazos y mirando al techo.
La testigo dijo que, de acuerdo a
lo que vio en la casa, la mujer podría haber drogado a los chicos y haberlos
apuñalado cuando ya estaban dormidos porque estaban como “idos”.
De acuerdo con Cecilia, la
acusada estaba siempre “lúcida”, trabajaba en la Municipalidad de Ituzaingó y
“habitualmente le pegaba a las criaturas”,
porque se escuchaban gritos.
Sin embargo, aclaró que
últimamente no tenía mucha relación con ella,
porque tuvieron una discusión cuando Flavia echó de su casa a su último
marido y padre de los dos nenes más pequeños.
Una fuente de la investigación
informó, que este hombre había estado ayer en la vivienda familiar y acusó a la
mujer de “drogar” a los niños porque los vio desalineados.
Luego, llamó a la Policía, pero
como fueron a la casa y no notaron nada raro, los efectivos se fueron.
Según la fuente, la mujer, que
practicaba la religión umbanda, y su ex marido siguieron con las discusiones
por teléfono unas horas más, hasta que ayer por la mañana, ella llamó a un
amigo y le confesó: “Me mandé una cagada”.
La causa quedó a cargo de la
Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en Violencia de Género 10
del departamento judicial Morón, encabezada por la fiscal Paula Hondeville,
quien ordenó que peritos psiquiátricos evalúen a la mujer para establecer si
está ubicada en tiempo y espacio y si puede o no ser indagada.
PUBLICADO EL 08/12/2016
POR INFOALLEN – MAIL: noticias@infoallen.com.ar