Aunque Argentina tiene "una carga impositiva
enorme, infraestructura inadecuada y costos caros e ineficientes en transporte,
logística y comunicaciones", el sector "está contento" con el
avance que implica el acuerdo, afirmó Ernesto López Anadón, presidente del
Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG).
"En Argentina hay un mal estructural",
sintetizó al referirse, en una entrevista con Télam, a la actual composición de
costos para el desarrollo de las actividades productivas en gas y petróleo.
López Anadón planteó además otra dificultad
estructural que hay en el país para producir hidrocarburos. "Los costos
laborales son muy rígidos, difíciles de mover y con ineficiencias en la mano de
obra, algo que no existe en ninguna otra parte del mundo", argumentó.
En ese contexto, consideró como un "buen
aporte" al acuerdo sobre productividad en Vaca Muerta suscrito hace unos
meses entre el gobierno nacional, las provincias petroleras, los empresarios y
los sindicatos. "La industria está contenta", aseguró.
Los cambios más importantes del acuerdo apuntaron a
la eliminación de las denominadas "horas taxi", la reducción de la
cantidad mínima de operarios por pozo, la incorporación de tareas nocturnas, y
la inclusión de criterios generales para lograr más eficiencia y productividad
en la operación.
López Anadón, que se graduó en la Universidad de
Buenos Aires en las carreras de Ingeniería Industrial y de Petróleo, coincidió
con la visión que expresaron desde distintos sectores de la industria en
relación a Vaca Muerta.
"Es un buen inicio, está en la dirección
correcta y da una pauta para compañías nacionales o extranjeras para mejorar la
eficiencia en las operaciones petroleras", señaló.
En ese sentido, el directivo valoró la postura del
senador y líder del sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Guillermo
Pereyra, de respaldar el convenio, dado que vio "que es mejor tener
trabajo, avanzar, ser parte del proceso de cambio y no aferrarse a una vieja
idea".
"Lo que está haciendo el sindicato es abrir
las puertas para que haya más trabajo", resumió Lopez Anadón, con pasado
laboral en Repsol-YPF, Astra, Hughes Tool Co, Mega, Metrogas, Refinor y
Pluspetrol Energy.
De todos modos, opinó que "hay cosas para
mejorar" en referencia a que el gremio "debería tomar cartas en el
asunto por temas muy importantes como el ausentismo, el alcoholismo y la
drogadicción" que afecta a trabajadores del sector.
"Esos temas generan problemas y hay que
encararlos entre todos. Aparte del drama social, afecta la eficiencia en las
operaciones", agregó.
Las cifras de un reciente informe de
Responsabilidad Social Empresaria que realizó el IAPG demostró que "casi
todas las empresas incorporaron políticas" de prevención del abuso de
alcohol y drogas.
Según ese informe, "el 64%" de las
compañías desarrolló campañas de "concientización" sobre alcoholismo,
mientras que "el 54%" puso en marcha medidas de control".
López Anadón se refirió a otro de los ejes
centrales, y al mismo tiempo polémico, que se debería analizar con vistas al
futuro de la actividad: la incorporación de "equipos más modernos y
automatizados" que podrían impactar directamente en la mano de obra.
"No es
un problema sólo de Argentina, es un drama que está encarando toda la
humanidad", puntualizó en alusión al avance de la tecnología en los procesos
de producción de la mayoría de las industrias.
"El drama -dijo López Anadón- es la enorme
oposición a que se automatice todo.Argentina va a quedar antediluviana porque
estará operando a unos costos altísimos cuando lo podría hacer por mucho menos,
como hace el reto del mundo".
"Las generaciones que vienen van a tener que
empezar a pensar en eso. La automatización de los procesos, la robotización y
todos los avances tecnológicos, que tienden a que la mano de obra sea
menor", advirtió.
Acerca de las perspectivas del sector petrolero
para los próximos años, consideró que "todo parece indicar que vamos a
tener una temporada prolongada de precios bajos; se habla de un barril de
petróleo en torno de los u$s 60".
"La industria internacional se va acomodando a
esos precios y trata de bajar los costos" de las operaciones para sostener
o, eventualmente, aumentar el nivel de actividad. "Argentina está en la
misma línea", subrayó.
Explicó que la situación en el país es "más
compleja" porque el petróleo "no tiene barreras arancelarias:
nosotros compramos servicios y materiales a precios internacionales".
Esa situación empujó a las compañías a "bajar
los costos para ser más competitivas: eso es difícil, pero algunas lo están
logrando", dijo.
En este sentido, mencionó el caso de YPF, que logró
reducir los costos de perforación de los pozos y se acercó a los u$s 8
millones, cuando las primeras experiencias se ubicaron en torno de los u$s 12 ó
u$s 13 y hasta u$s 15 millones.
En relación con los resultados económico-financieros
de las empresas que operan en el país, consignó que "hubo recesión
petrolera, precios bajos, caída y eso afectó la actividad: el cimbronazo vino y
algunas compañías achicaron las inversiones".
"A estos precios bajos se mueren una serie de proyectos,
pero las empresas buscan la fórmula para hacerlos o empezar otros",
aseguró López Anadón, para quien las compañías "viven de incorporar
reservas para no comprometer su patrimonio".
"Por eso buscan mejorar la recuperación
secundaria, la productividad de los pozos, y mirar áreas en los propios
yacimientos que no estaban conectadas", puntualizó.
PUBLICADO EL
27-03-2017
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ECONOMÍA