River recuperó la memoria con una contudente goleada sobre Godoy Cruz


Bastaron pocos minutos para que se viera un River muy diferente. Movedizo, enérgico y con conexiones mucho más claras para unir sus líneas, buscó dominar el partido desde el primer minuto y fue moldeando el juego a su gusto. Así, más allá de que sigue a 17 puntos del líder Racing con un encuentro menos, se llevó tres puntos importantes para acercarse a los puestos de clasificación a las copas internacionales: tiene 22 unidades, está en el undécimo puesto y, de ganarle el pendiente a Rosario Central, se posicionará en zona de ingreso a Copa Sudamericana.

Pero, dejando de lado los números, se llevó muy buenas impresiones de la mayoría de sus titulares. Y en parte se debe al cambio de planes del técnico Marcelo Gallardo , quien tenía decidido alinear un mix con mayoría de suplentes, pero las tres caídas en fila lo obligaron a apostar por lo mejor que tenía a disposición.

Con mayor potencia ofensiva y una contundencia que se había diluido, sus delanteros fueron los artífices más claves de la victoria: Lucas Pratto marcó un doblete, Rafael Borré se generó y convirtió el 2-0 y el debutante Matías Suárez sentenció el duelo con un golazo para el 4-0. Más allá de los festejos, Pratto y Borré se volvieron figuras porque intervinieron en cada jugada de ataque, se comprometieron con la recuperación y constantemente fueron puntos de referencia para los volantes, que se pudieron apoyar en ellos para crear juego.

Más allá de que pudo elegir cómo jugar por sus marcadas virtudes, también pudo hacerlo por las concesiones que le brindó Godoy Cruz, un equipo largo que le cedió mucho espacio a su rival, especialmente en el mediocampo. Así, le facilitó el trabajo a Exequiel Palacios, Enzo Pérez e Ignacio Fernández, constructores del juego millonario en un esquema 4-1-3-2 con Ponzio de volante tapón. Pero, además, el Tomba no contó con suerte cuando la necesitó -en el inicio del juego pegó en el palo un tiro libre de Andrada- y falló en momentos claves, algo que River lo supo aprovechar.

Primero, a los 11 minutos, perdió la pelota en un saque de arco, Borré recuperó rápido y terminó siendo el 1-0: toque rápido de Ponzio, asistencia de Palacios y zurdazo de Pratto. Luego, a los 29 minutos, otra vez Borré, a quien le anularon un gol por un offside inexistente, volvió a ser determinante. Recibió la pelota recostado en la banda izquierda, ingresó al área y, tras un buen enganche, dejó en el suelo al lateral Arena, quien cometió un claro penal con su estirado brazo izquierdo que el colombiano cambió por gol. Como si fuera poco, cinco minutos más tarde, el central Cardona le propinó una dura patada a Montiel con la pierna muy elevada y el árbitro Ariel Penel le sacó la tarjeta roja.

El segundo tiempo continuó con la tónica que tuvo el cierre del primero tras la expulsión. Dominio de River y poca participación de Godoy Cruz, que se dedicó a aguantar e intentar descontar sin éxito en algún contragolpe. El tercer tanto -desborde de Casco, de los mejores jugadores, y cabezazo de Pratto para marcar su primer doblete en el club- y el cuarto festejo -control, enganche y zurdazo de Suárez- no hicieron más que confirmar una noche revitalizadora y prometedora.

Los cuatro goles pudieron haber sido más de no haber sido por las apariciones del arquero Ramírez o pequeñas imprecisiones en la puntada final que le impidieron al Millonario ampliar el marcador. Pero la misión ya estaba cumplida. River regresa de Mendoza con aires renovados y una sensación completamente diferente a la que le dejaron sus tres primeros juegos en casa. El "período de transición", tal como lo denominó Gallardo, tuvo su primer punto alto. Y el entrenador buscará potenciar las virtudes bajo su fórmula: "Trabajo. Es lo único que hay. Trabajar para competir de mejor forma".

PUBLICADO EL: 30-01-2019


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