Conmovedores testimonios de los familiares que viajaron a Malvinas a homenajear a los ex combatientes


Fueron protagonistas de una visita histórica, luego de que se identificaran a 90 caídos durante la guerra. Cómo lo vivieron.

Los familiares que viajaron este lunes a las Islas Malvinas brindaron conmovedores testimonios del histórico momento que les tocó vivir. Fueron allí, al Cementerio de Darwin, para homenajear a los 90 caídos en la guerra que fueron identificados meses atrás y que ahora ahora sí descansarán con sus nombres.

Las palabras de los padres, madres y hermanos de los ex combatientes que viajaron a las Islas para "cerrar un círculo" fueron recogidas antes y después del homenaje.

Norberto Scaglione

87 años, padre de Claudio Scaglione, muerto en Monte Longdon en los últimos días de la guerra.

"Estoy tan saturado y ya lloré tanto que llego acá sintiendo que se terminó el problema. Ya está. El círculo queda cerrado. Me quedé solo otra vez", dice Norberto, alejándose del cementerio a la hora en que empezó la misa, en parte por el frío y en parte porque no es religioso, según confiesa. A los 87 años, tiene una mente brillante y un cuerpo que debe cuidar mucho.

"Tuvo mala suerte. También murieron sus tres compañeros de trinchera. A uno de ellos lo encontré en la tumba al lado de la suya. Eso me alegró", cuenta pausadamente.

Norberto buscó a su hijo Claudio durante años creyendo que estaba preso en el Reino Unido. Pasó más de dos décadas buscándolo, llegó a ir a Ginebra, a las Naciones Unidas; estuvo con la Cruz Roja pidiendo ayuda para saber si era cierto el testimonio de un compañero que le sembró la duda.

Le dijo que "una noche los ingleses se lo habían llevado". No era cierto. Pero Norberto siguió buscando. Un día le escribió a un legislador de la Cámara de los Lores, quien le contestó que se comunicara con el Estado Mayor Conjunto. Lo hizo y le respondieron que no había ningún argentino "retenido" en Gran Bretaña.

La mamá de Claudio nunca quiso tener otro hijo. "A Claudio se entregó por completo", contó Norberto. Su esposa murió en 2016 sin saber siquiera que su marido se iba a hacer el ADN.

Sonia Cárcamo y José Ortega

​Padres de José Onorio Ortega, fallecido en Goose Gone, a los 18 años, durante la batalla de Darwin el 28 de mayo de 1982.

Fue una de las primeras madres en aceptar hacerse el ADN. Son los únicos en esta situación en Santa Cruz. Cuenta José que arreglaba las bicicletas de los hijos de Néstor y Cristina Kirchner. Sonia se enteró mirando Facebook que se hablaba de buscar la identificación de los caídos, algo con lo que siempre soñó.

"No quería hacerme la cabeza, pero me contactó Julio Aro, nos hicimos el ADN los dos y salió", relató Sonia. Ahora viajan con una de sus hijas. Ella fue en la primera visita histórica de familiares, en 1991, y después volvió varias veces. En el primer viaje "adoptó" una de las tumbas, que ahora también visitó como para sentir que no la dejaba sola.

"La mayor emoción es que cerramos un círculo. El dolor no, pero está incorporado. También para mi marido. Yo fui varias veces pero él no quiso ir más. Es la primera vez que vuelve", expresó.

Norma Gómez

Presidente de la Asociación Familiares de Caídos del Chaco.

"Es algo muy emocionante. Después de 36 años ya sabemos dónde está Eduardo para poder elevar una plegaria hacia él. Sé que ya está en un lugar privilegiado con su mamá y sus hermanos. Es un día muy emocionante y estoy acompañada por mi hermano y su hermano Guillermo, que tenía seis añitos cuando él partió a Malvinas", cuenta.

"Estamos los dos juntos, no sé si para elaborar el duelo, pero nos va a traer un poco más de paz. Es muy importante este viaje para todos y espero que estemos mucho mejor que hoy", dijo el domingo, antes de viajar. Y completó: "Mañana espero que nos cuidemos y nos contengamos los unos a los otros".

En 1982, a los 19 años, su hermano Eduardo Gómez estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio en Monte Caseros, provincia de Corrientes, cuando fue convocado para ir a Malvinas.

Norma tuvo un problema al final de la mañana, porque junto a otro familiar quiso desplegar un cartel celeste y blanco con la consigna de reclamo por los "123 NN", lo que generó inconvenientes porque ni siquiera podía haber una sola referencia a la Argentina.

María del Valle Cayo

Es uno de los casos de familiares de caídos invitados a este viaje por haber dado su ADN y quien -sin embargo- no pudo aún saber dónde está su hermano Antonio Máximo Cayo, marino mercante de Isla de los Estados.

Antonio Máximo murió en el ataque y hundimiento del barco de provisiones hundido por el HMS Alarcrity, el 10 de mayo de 1982.

A María del Valle se la vio este lunes a la mañana caminando por el cementerio, contenida pero sin respuestas aún porque el ADN que le extrajeron hasta el momento dio negativo. Contó que desde el Equipo Argentino de Antropología Forense le ofrecieron exhumar los restos de su mamá que está enterrada en Chicoana, Salta, para obtener una muestra más cercana.

Se siente triste por estar acá sin la respuesta que sí ha tenido el resto del contingente, que ya tienen ubicados a sus familiares. "Él está en Malvinas y eso es lo importante. Al principio no quería venir porque no lo iba a soportar. Me voy a sentir mal pensaba. Me tranquilicé y aquí estoy, acompañada por mi hijo y tengo esperanza de que lo van a encontrar. La abuela lo crió y murió creyendo que estaba vivo", asegura.

"Al principio yo decía 'quién soy yo para hacerme el ADN, si mi hermano murió en el Estrecho de San Carlos, ¿cómo va a estar en Darwin?'", cuenta.

Finalmente se lo hizo. Al igual que Sergio Aguirre, cuyo papá Miguel Aguirre, quien también era marino mercante de Isla de los Estados. Los cuerpos de los tripulantes cayeron al estrecho, pero el cuerpo de Miguel fue arrastrado hacia la costa del Islote del Este y el capitán Geoffrey Cardozo lo incorporó entre los cuerpos enterrados en Darwin como "soldado argentino sólo conocido por Dios".

PUBLICADO EL 27-03-2018
POR INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar


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